El Cangrejo Ermitaño es una de las formas extrañas de crustáceos…
El Cangrejo Ermitaño es una de las formas extrañas de crustáceos. Su cuerpo es largo pero sin caparazón y se tienen que retorcer su cuerpo para adaptarlo a la concha en la que viven. Ante la necesidad de proteger su cuerpo, este cangrejo, que marcha pero no nada, ha solucionado el problema buscándose una concha vacía de caracol, en la que introduce su blando abdomen. A partir de entonces arrastra consigo su «cueva portátil».
Algunas especies pueden introducirse totalmente en la concha, cerrando la entrada con sus pinzas. Otra ventaja consiste en que la concha retiene agua, muy útil para la respiración branquial cuando el cangrejo queda al descubierto en la bajamar. Algunos ermitaños no se conforman con la protección de la concha, y toman una anémona como vecina. Esta impone respeto a los atacantes con sus tentáculos urticantes. La anémona, que se fija en la concha resulta beneficiada con el continuo traslado, pues le aporta mayor número de presas.